-¿Qué estoy haciendo?-me dije cuando lo miré esa noche-Dije que lo iba a olvidar por lo que me hizo-
Lo miré toda la noche hasta que él de repente se acercó a mi silla, extendió su mano y con su voz tan dulce me dijo:-¿Querés bailar?
Accedí, sin miedo a nada, no sabía que eso lo marcaría en mis recuerdos para siempre.
Él parecía tan feliz, con esa sonrisa de oreja a oreja, tan propia de él. Yo estaba nerviosa, con miedo, no sé aún porque, si con él cerca me sentía protegida, nada podía hacerme daño mientras unos centímetros lo separaban de mí. La música de fondo era perfecta, era una de aquellas canciones que algunas veces cantaba acostada en mi cama, pensando en él, en todo lo que me hacía sentir con sólo mirarme.
Mis pasos no cordinaban y los de él tampoco, yo estaba pendiente de cada uno de los movimientos de alrededor, aunque por dentro moría por clavarle los ojos, como muchas veces ya lo había hecho.
El tiempo pasó tan lento, que pude disfrutar cada segundo de ese mágico momento. Tan separados, estaba segura que nunca iba a pasar nada entre nosotros. Lo único que sentía eran sus manos en cada una de las mías.
Frenó sus movimientos, me miró y puso sus mano en mi cintura, puse mi mano en su hombro...
Entonces recordé. sus malos comentarios, esos que me dañaron tanto hacía sólo 3 meses atrás, olvidé que lo tenía tan cerca mío y que tal vez ese momento nunca se iba repetir, y me fui, dejándolo en la pista de baile solo.
No tardó mucho en reponerse, a los dos segundos, una chica ocupaab el lugar que yo había perdido hacía menos de un minuto.
Ese momento siempre lo voy a guardar en mi memoria, porque él fue, es y será mi gran amor. No siento por él lo mismo que sentía hace un año pero nunca lo voy a olvidar, nadie nunca va a ocupar el lugar que dejó en mi corazón. Aunque nunca pasó nada con él, no me arrepiento de nada, de cada una de esas miradas, de esas sonrisas, de esos celos, de esos pasos de baile que tanto criticaba, de esas fotos en las que imaginaba que me quería, de esas pocas palabras que le decía y de esas pocas palabras que él me dirigía a mí.
Gracias por hacerme sentir esto que sentí, auqneu no lo hayas hecho a propósito...
Leony